Ya que llevamos más de dos años de desarrollo de Wesay, me doy cuenta de que en nuestro afán por "innovar", ser "disruptivos" y tratar de "transformar" el proceso de enseñanza - aprendizaje y comunicación en las empresas estamos, de alguna forma, volviendo al pasado.
Desde la antigüedad el aprender un oficio pasaba por entrar como "meritorio" en un taller. El meritorio es aquel que trabaja un tiempo sin recibir sueldo para aprender los procesos y tareas necesarios para convertirse en un artesano. Algo interesante es que el meritorio tenía que ayudar al artesano responsable de cada paso del proceso, es decir, al mejor artesano. De esta forma aprendía las mejores prácticas y las podía aplicar desde el primer día. También podemos decir que era un proceso de aprendizaje visual y modelado ya que el artesano con experiencia enseñaba haciendo no dando un listado de pasos discretos a seguir.
Es evidente que el trabajar en las empresas de hoy es mucho más complejo. Por eso existen departamentos de formación. Desde los manuales de procesos, pasando por los cursos presenciales, convenciones, e-learning, universidades corporativas, LMS (Learning Management Systems). Hay organizaciones donde no hacen nada de esto y dejan que las personas vayan aprendiendo del supervisor o jefe. Estos procesos son costosos, demandan mucho trabajo y terminan, por lo menos en mi experiencia, convirtiendo al equipo de formación en un equipo de persecución para conseguir que los empleados tomen los cursos. Cuántas veces he escuchado el ya cliché "que prefieres, que tome el curso o salga a vender que es por lo que me pagan...".
¿Cuánto valor agregaría a una organización conseguir que los mejores empleados puedan formar a los demás en lo que son expertos?, y si además de eso les preguntamos cómo mejorar esos procesos.
Creo que sí hay una solución para que las empresas aprendan más rápido y puedan reaccionar a las demandas del mercado, competencia y regulación es precisamente voltear a ver a su equipo.
En Wesay desarrollamos una plataforma que estructura el proceso de generar contenido en micro-videos con los expertos de la organización. Con ese contenido se formará al resto de la empresa elevando el estándar al nivel del que mejor lo hace, todo esto mientras se proponen nuevas conversaciones. El efecto es increíble, la gente se siente orgullosa de poder colaborar, ¿cuándo fue la última vez que tuviste la oportunidad de demostrar lo que sabes? Los miembros de la organización toman control de su proceso de entrenamiento, gusta el ver gente como tú demostrando cómo se hace el trabajo. Mientras tanto se mejoran los procesos desde la base. Todos ganan.
Creamos Wesay porque creemos en la gente, sabemos que en cada empresa hay gente extraordinaria, ¡solo hay que encontrarla y darle voz!
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